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NOTICIAS | UFOLOGIA
Imagen de la construcción del Telescopio Esférico de Apertura, “FAST”, construido tan “rápido” como sugiere su nombre
Imagen de la construcción del Telescopio Esférico de Apertura, “FAST”, construido tan “rápido” como sugiere su nombre

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En los últimos años, hemos asistido a ver como tres aeropuertos chinos eran cerrados a causa de la presencia de OVNIS en su espacio aéreo, como un exministro chino afirmaba disponer de pruebas que corroborarían que los extraterrestres conviven con nosotros y, más recientemente, al anuncio de la puesta en marcha del “FAST”, la mayor antena del mundo para captar señales de origen extraterrestre.

¿Qué está pasando en China? ¿A qué se debe el creciente interés por los alienígenas en el gigante asiático?

La revista “Año Cero”, hace un repaso en su número 310, a la venta este mes de mayo, de todos las “acciones” que adelanta el gobierno de esa nación en este sentido y que, ciertamente, nos llevan a pensar que hay algo más que conjeturas detrás de las mismas.

Entre 1957 y 1975, Estados Unidos y la extinta Unión Soviética protagonizaron la carrera espacial por ser los primeros en explorar el espacio y poner un pie en la Luna.

Hoy, todo sugiere que se ha desatado una nueva competición, en este caso con los chinos, por ser los primeros en anunciar la existencia de otros mundos habitados: “La vida alienígena”.

Sólo así se explicaría que su gobierno haya roto el “secretismo” en lo relativo al tema “extraterrestre”. Incluso, que en sus informativos se recojan noticias de OVNIS y, más sorprendente aún, que se estimule claramente la competencia con la NASA, en lo que al anuncio de vida alienígena se refiere.

El 4 de enero de 2011, sin ir más lejos, cientos de millones de espectadores chinos quedaron impactados, luego de que Xinhua, la cadena oficial, afirmara que Barak Obama estaba preparando el anunciar al mundo la presencia de alienígenas en la Tierra, dando inicio a lo que el gobierno de esa nación denominó: “Carrera por la divulgación de la realidad extraterrestre”.

La administración norteamericana dio la callada por respuesta y la noticia pasó sin pena ni gloria en el mundo occidental, salvo en la comunidad ufológica y exopolítica, que asistió complacida a las declaraciones de la candidata demócrata, Hilary Clinton, en las que expresaba su convencimiento de que “los extraterrestres podrían haber visitado ya la tierra” y se comprometía a investigar este asunto si finalmente llegaba a la Casa Blanca.

Meses más tarde, en abril de 2011, la Agencia de Noticias Xinhua anunciaba que el Radio Observatorio Astronómico Nacional había estado monitorizando, durante 90 días, unas misteriosas señales de un misterioso satélite, “oscuro y desconocido”, ubicado en la órbita de Saturno. ¿Casualidad?

UN AMBICIOSO PROYECTO

Si realmente existe una carrera por divulgar la realidad extraterrestre, China está apostando fuerte. Uno de los buques insignia del boyante programa científico y espacial del país asiático es el “FAST”, acrónimo en inglés de Telescopio Esférico de Apertura, de 500 metros, y que se ha construido tan “rápido” como sugiere su nombre, en una remota zona de montaña, al sudoeste chino.

Y, para que no sufra interferencias, el régimen comunista desalojará a más de 9.000 habitantes de la provincia de Guizhou.

El gigantesco radiotelescopio tendrá una sensibilidad al menos dos veces mayor que el de Arecibo, considerado hasta ahora el mayor del mundo y conocido por aparecer en películas como “Contact”, basada en la novela del mismo nombre de Carl Sagan. La agencia oficial de noticias, Xinhua, detalla que será entre cinco y diez veces más rápido que su antecesor puertorriqueño.

Los responsables del proyecto calculan que FAST podrá observar un millón de estrellas y los planetas a su alrededor en busca de indicios de civilizaciones avanzadas, en la banda de 18 a 21 centímetros.

Se espera que FAST escuche señales más lejanas que cualquier otro instrumento, aunque no sólo dependerá en el poder del plato construido en un boquete de roca kárstica, con más de 4.000 paneles triangulares que hacen de gran antena, sino también del poder de transmisión que puedan poseer los supuestos seres alienígenas.

En cualquier caso, resulta evidente que China está desarrollando su propia tecnología de detectores y antenas de gran tamaño y el siguiente paso, según cuentan sus responsables, será desarrollar detectores aún más precisos y avanzados, a fin de crear una gran red de telescopios repartidos entre África y Australia, que sumarán más de un kilómetro cuadrado de recepción.

El megaproyecto recibe el nombre de SKA y China es uno de los miembros de pleno derecho del proyecto que comenzará a funcionar en 2020. Quién sabe si para entonces Pekín tendrá ya en su poder la primera señal de radio extraterrestre.

¿QUÉ NOS OCULTAN?

No faltan críticos que ven en estos proyectos una maniobra para desviar la atención sobre la burbuja de deuda china, sin precedentes en la historia moderna.

La agencia Fitch hace tiempo que alerta que el sistema bancario en la “sombra” está fuera de control en China, y advierte que los productos de riqueza, con un valor de más de 2 billones de dólares en préstamos constituyen, en realidad, un segundo balance general oculto para los bancos.

Hasta Max Keiser, presentador del popular programa “Keiser Report”, bromeó con que los supuestos extraterrestres “están preocupados por la burbuja de los derivados de crédito que tenemos aquí en la Tierra. Y parece ser que la enorme bola de deuda de China puede verse desde el espacio”.

Pero, ¿y si no fuera así? ¿Hay base para pensar que los chinos saben “algo” que en occidente ignoramos?

Con información de la revista "Año Cero"
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