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NOTICIAS | CIENCIA
Representación del legendario y escurridizo “Planeta X”, que los astrónomos persiguen desde hace más de un siglo
Representación del legendario y escurridizo “Planeta X”, que los astrónomos persiguen desde hace más de un siglo

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Toda la vida, nos enseñaron que la Tierra tenía ocho planetas “vecinos” y que, junto al Sol, esos nueve planetas conformaban lo que conocemos como nuestro sistema solar.

Pero, hace sólo unos años, en 2006, un grupo de científicos revolucionaban nuestras creencias al confirmar que en realidad los planetas del sistema solar eran tan sólo ocho; ya que, Plutón, era demasiado pequeño como para entrar dentro de esa categoría tan particular que define a los planetas.

Ahora, uno de aquellos astrónomos, responsable de “degradar” el status de Plutón, vuelve a sorprender con un novedoso anuncio: Al final, sí serían nueve los planetas. Ya que existe uno, aún desconocido, que persiste oculto en los confines más lejanos de nuestro sistema.

Aunque, en numerosas ocasiones, los científicos han creído hallar un nuevo astro, girando alrededor de nuestra estrella, los cálculos hechos por este astrónomo y su equipo de asociados parecen indicar que nos encontramos, más cerca que nunca, de descubrir un nuevo planeta orbitando el Sol.

Y, esta vez, no se trataría de pequeños mundos helados más allá de la órbita de Plutón, como el anunciado por los físicos Scott Sheppard Y Chad Trujillo, de la Institución Carnegie, el pasado mes de noviembre, ni tampoco de un simple objeto transneptuniano. Ahora, estaríamos hablando de un auténtico gigante, con un tamaño comparable al de Neptuno.

De confirmarse de forma definitiva su existencia, éste, entraría por la puerta grande en el selecto club planetario del que forma parte la Tierra.

En otras palabras, podría tratarse del famoso y escurridizo “Planeta X”. Ese, que los astrónomos persiguen desde hace más de un siglo y que la cultura popular ha terminado por convertir en una leyenda.

El conocido astrónomo Michael Brown, descubridor de Eris y Sedna, acaba de aportar, junto a su colega Konstantin Batygin, las mejores evidencias obtenidas hasta ahora de la existencia de un nuevo y distante planeta gigante en los confines del Sistema Solar. Su trabajo, que está revolucionando a la comunidad científica internacional, acaba de publicarse en la prestigiosa publicación científica, The Astronomical Journal.

Los autores del trabajo, un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de California, le han bautizado como “Planeta Nueve”. Tiene entre cinco y diez veces la masa de la Tierra, gira alrededor del Sol una vez cada 15.000 años y, aunque aún no lo han observado de forma directa, se ha deducido su existencia a partir de las órbitas de toda una serie de planetas enanos y otros objetos extremos de nuestro Sistema descubiertos recientemente.

Desde hace mucho tiempo, se sabe que las extrañas “maniobras orbítales” de estos pequeños mundos podrían explicarse gracias a la perturbación gravitatoria de un hipotético planeta gigante jamás visto.

En realidad Brown y Batygin no fueron los primeros en notarlo. En 2014, otros científicos, como Scott Sheppard del Instituto de Ciencia Carnegie, Chad Trujillo del Observatorio Gemini de Hawai y, más recientemente, Rodney Gomes, astrónomo del Observatorio Nacional de Brasil, en Río de Janeiro, hicieron la misma observación.

Vieron que las órbitas de algunos cuerpos espaciales se salen de su trayectoria en el mismo cuadrante del sistema solar y que están inclinadas en un mismo ángulo. Lo atribuyeron a la existencia de un enorme planeta cuyo campo gravitacional estaría “empujando”, literalmente, a esos objetos.

Brown y Batygin creen que el nuevo planeta pudo ser “expulsado” lejos del Sol, hacia el espacio profundo, hace miles de millones de años, como consecuencia de un “empujón gravitatorio” provocado por Júpiter o Saturno.

Los investigadores saben que su trabajo ha de ser sometido a toda clase de revisiones por astrónomos de todo el mundo. No es la primera vez, en efecto, que se anuncia el hallazgo del misterioso Planeta X, cuya búsqueda está plagada de errores, exageraciones e, incluso, pura y simple charlatanería.

Por eso, Brown y Batygin se han preparado contra la inevitable ola de escepticismo con una larga serie de datos, análisis orbitales de otros objetos distantes y sesudas simulaciones informáticas.

“Si dices que tienes evidencias del planeta X, prácticamente cualquier astrónomo dirá: ¿Otra vez? Estos chicos, claramente, están locos. ¿Por qué esta vez debería ser diferente a las demás? Esta vez es diferente, ¡porque esta vez tenemos razón!”, afirmó Brown.

De hecho, otros astrónomos se han mostrado intrigados por el descubrimiento, pero afirman necesitar más pruebas antes de aceptar que nuestro Sistema Solar vuelve a contar con nueve planetas.

“Encontrar un nuevo planeta es algo muy importante”, afirmó Rory Barnes, astrónomo de la Universidad de Washington, en Estados Unidos. “Pero creo que, realmente, no hay ninguna prueba que demuestre su existencia”.

Douglas Hamilton, astrónomo de la Universidad de Maryland, también en Estados Unidos, está de acuerdo en que los hallazgos no son definitivos. “Lo que ha encontrado es la posibilidad, todavía no hay pruebas definitivas”, dijo.

Los dos astrónomos dedujeron la presencia del “Planeta Nueve” por la singular agrupación de seis objetos previamente conocidos y cuyas órbitas se encuentran más allá de Neptuno. Según sus datos, sólo hay un 0,007% de probabilidades, una entre 15.000, de que esa agrupación se deba a una simple coincidencia.

De ahí, que consideren sólida la existencia de este planeta, con 500 veces más masa que Plutón, que daría sentido a las órbitas de estos otros seis objetos.

“Solamente se han descubierto dos auténticos planetas desde la antigüedad (Urano, en 1871, y Neptuno, en 1846). Este, sería el tercero. Hay una parte muy importante de nuestro sistema solar que todavía está ahí fuera para ser descubierta, lo que resulta realmente emocionante”, declaró Brown.

Mucho más probable es que un planeta con la masa de diez tierras esté guiando a los seis objetos en sus extrañas y peculiares órbitas elípticas, muy inclinadas con respecto al plano del Sistema Solar.

Del mismo modo, también la órbita del nuevo planeta está inclinada, y también estirada hasta distancias tan grandes que obligarán a revisar algunas de las ideas establecidas sobre la dinámica planetaria dentro de nuestro sistema.

La mayor aproximación del Planeta Nueve al Sol, lo sitúa hasta siete veces más lejos que Neptuno, a unas 200 Unidades Astronómicas (UA) de distancia. Una Unidad Astronómica es la distancia que hay entre la Tierra y el Sol, 150 millones de Km. Pero en su periplo orbital, el recién descubierto Planeta X podría llegar a alejarse periódicamente del Sol entre 600 y 1.200 Unidades Astronómicas. Es decir, mucho más allá del cinturón de Kuiper, la región de los pequeños mundos helados más allá de Neptuno, que empieza a unas 30 UA.

Hace años, la investigación de Brown y Batygin no iba encaminada a descubrir un “nuevo” planeta, sino todo lo contrario, a demostrar que el Planeta Nueve no existía. Pero el trabajo de otros dos astrónomos, que descubrieron una inusual agrupación de pequeños mundos helados en una remota región del Sistema Solar, les hizo cambiar de idea.

Además, en 2014, un estudio publicado en Nature por Scott Sheppard Y Chad Trujillo, de la Institución Carnegie, apuntaba a la existencia potencial de un planeta gigante desconocido, cuya gravedad, precisamente, podría estar afectando a las órbitas de todos esos cuerpos más pequeños.

Al principio Brown pensó que era una gran locura, y trató de demostrarlo con una serie de ecuaciones y simulaciones informáticas que, al final, terminaron por demostrar que, la del planeta gigante oculto, era la mejor de las explicaciones posibles.

Según sostienen Brown y Batygyn, si el Planeta X está ahí fuera, los astrónomos deberían encontrar muy pronto más objetos en “órbitas reveladoras”, influenciadas por el gigante oculto. Aunque Brown sabe muy bien que nadie creerá de verdad en el descubrimiento hasta que el Planeta X, en todo su esplendor, sea detectado por fin con un telescopio.

“Hasta que no haya una detección directa estamos ante una hipótesis”, afirmó el astrónomo.

El equipo de investigadores utilizará ahora sus cálculos para “cazar” al escurridizo planeta con uno de los grandes telescopios instalados en Hawai. Y no cabe duda de que, con los datos de su trabajo en la mano, muchos otros astrónomos intentarán hacer lo mismo.

De hecho, grandes telescopios de dos continentes están tratando ya de poner la vista encima al Planeta X que, por su tamaño, sería el quinto mayor del Sistema Solar, después de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Pero a tanta distancia, no se trata de una tarea sencilla, ya que el Planeta Nueve, o X, refleja tan poca luz solar que pone a prueba la capacidad de los mejores instrumentos de observación disponibles.

Resulta irónico que sea precisamente Michael Brown el descubridor del noveno planeta del Sistema Solar. De hecho, fue él quien, en 2005, descubrió Eris, un pequeño y distante mundo helado del mismo tamaño de Plutón y que demostró que el hasta entonces noveno planeta de nuestro sistema no era más que uno entre muchos mundos similares del cinturón de Kuiper.

Fue precisamente ese descubrimiento el que provocó que, apenas un año más tarde, en 2006, la Unión Astronómica Internacional reclasificara a Plutón, privándole de su título planetario y degradándolo a planeta enano. El propio Brown contó este proceso en su libro “Cómo maté a Plutón”. Unos años antes, en 2003, Brown también protagonizó el descubrimiento de Sedna, otro pequeño y lejano mundo, aunque menor que Eris y Plutón.

Según Jim Green, director de la División de Ciencia Planetaria de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos, más conocida como la NASA, tanto Brown como Batygin son científicos altamente calificados, líderes en su campo y con un gran prestigio, y sus observaciones podrían llevar a que se halle efectivamente un noveno planeta.

“Este es un enorme paso adelante para poder entender lo que ocurre en una región de nuestro sistema solar de la que virtualmente no sabemos nada”, señaló Green en referencia a los objetos que se encuentran más allá de Plutón.

“Es una observación realmente importante”, agregó.

No obstante, el directivo de la NASA aclaró que se requerirá de muchas más observaciones para confirmar la teoría de estos expertos, ya que la presencia de un noveno planeta "capaz no sea la única explicación para lo que observaron".

Adriana Ocampo, responsable del programa New Horizons (Nuevas Fronteras) de la NASA, que en 2015 reveló imágenes nunca antes vistas de Plutón, explicó que es común que los hallazgos planetarios comiencen con predicciones.

“La existencia, tanto de Neptuno como de Plutón, se predijo mucho antes de que fueran vistos por primera vez”, señaló.

Sin embargo, la experta señaló que el anuncio de un noveno planeta por ahora es sólo una “posibilidad” y que para que se convierta en un hecho, la existencia del astro debe ser corroborada por al menos media docena de observatorios espaciales.

En ese sentido, Ocampo resaltó que la importancia del trabajo dado a conocer este miércoles es que llevará a más científicos a buscar este presunto Planeta Nueve, lo que aumentará las posibilidades de que sea hallado, si es que existe.

El propio Brown dijo que publicó su trabajo con esa esperanza. “Si otras personas, mejores astrónomos, se entusiasman con la idea de hallar al Planeta Nueve quizás podamos verlo en un par de años”, comentó esperanzado.

“Matar a Plutón fue divertido. Y encontrar a Sedna fue científicamente interesante. Pero esto... ¡está una cabeza por encima de todo lo demás!”, concluyó animoso el investigador.

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