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Cuando decides aprender un nuevo idioma, lo que realmente es importante, es el compromiso que pongas en ello
Cuando decides aprender un nuevo idioma, lo que realmente es importante, es el compromiso que pongas en ello

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Matthew Youlden, habla fluidamente nueve idiomas y entiende casi una docena más, nos comenta uno de sus compañeros de oficina, en Berlín. Así que le oye constantemente usar sus habilidades lingüísticas.

Cuando le comentó a Matthew que le estaba costando muchísimo llegar tan siquiera a comprender un segundo idioma, éste se descolgó con una serie de consejos, que aseguró le ayudarían a conseguir su cometido.

Por lo que, si eres de los que piensa que jamás podrás ser bilingüe, ¡más te vale tomar nota!

 

TENER CLARO EL POR QUE SE ESTA HACIENDO

Puede parecer algo obvio, pero si no tienes un buen motivo para aprender otro idioma, es muy probable que, a la larga, se te acabe la motivación.

Querer impresionar a tus amigos con tu nivel de francés no es un motivo demasiado bueno. Pero, el aspirar a conocer de verdad a una persona de ese país, en su propio lenguaje, es definitivamente otra cosa.

Sea cual sea tu motivación, cuando decides aprender un nuevo idioma, lo realmente importante es el nivel de compromiso que estás dispuesto a aceptar... ¡Debemos poder implicarnos al máximo!

“Vale, ¡quiero aprender esto! Y por ello voy a hacer todo lo que pueda en este idioma y por este idioma”.

 

SUMERGIRSE

Ya te comprometiste... ¿Y ahora qué? ¿Hay algún tipo de camino correcto para aprender? Matthew recomienda el “enfoque maximizado de 360°”: No importa qué herramientas uses para aprender el idioma, lo importante es que practiques cada día.

“Yo tiendo a querer absorber cuanto más mejor, desde el principio. De manera que, si estoy aprendiendo algo, lo llevo al extremo e intento usarlo a lo largo del día. Conforme la semana avanza, intento pensar en ese idioma, intento escribirlo e incluso me hablo a mí mismo en ese idioma”, comenta el experto.

“Para mí, en realidad, todo consiste en poner en práctica lo que sea que estés aprendiendo, ya sea escribiendo un email, hablando contigo mismo, escuchando música u oyendo la radio. Rodearte y sumergirte en la cultura del idioma que estás aprendiendo es extremadamente importante””, afirma.

Recuerda que el mayor beneficio de hablar otro idioma es el poder comunicarte con otros. Ser capaz de mantener una conversación, aunque sea sencilla, es una gran recompensa en sí misma. Alcanzar metas de este tipo pronto hará que te sea más fácil seguir motivado y, por tanto, seguir practicando.

“Siempre tengo en la cabeza que, en realidad, se trata de adaptar la manera en la que tú piensas a la manera en la que se piensa en ese idioma. Obviamente no hay sólo una manera en la que un hablante de español, de hebreo o de holandés piensa, pero el truco está en usar el idioma para construir tu propia realidad idiomática”, agrega.

 

ENCONTRAR UN COMPAÑERO

Matthew aprendió varios idiomas junto con su hermano gemelo Michael, ¡quienes abordaron su primer idioma, el griego, cuando tenían tan sólo ocho años! Matthew y Michael, o los Super Polyglot Bros, nos gusta referirnos a ellos de esta forma, adquirieron sus superpoderes a base de la tan tradicional rivalidad entre hermanos.

“Estábamos motivados y todavía lo estamos. Nos empujamos el uno al otro a seguir adelante. Si mi hermano nota que yo estoy haciendo más que él, se pone un poco celoso y enseguida intenta superarme, creo que eso es porque él es mi gemelo, yo soy el original, y lo mismo en el sentido opuesto”, comenta animoso.

Por lo tanto, aunque no tengas un hermano o una hermana que te acompañe en tu aventura de aprender idiomas, el tener a un compañero o compañera te empujará a seguir intentándolo un poco más y a permanecer motivados.

“Creo que es un enfoque fantástico. Tienes a alguien con quien puedes hablar y, al final, esa es la idea básica detrás del proceso de aprender un idioma”, apunta.

 

HACERLO ALGO IMPORTANTE

Si tu objetivo desde el principio es mantener una conversación, es más improbable que te pierdas en libros de texto y manuales. Hablar con gente hará que el proceso de aprendizaje siga siendo importante para ti.

“Estás aprendiendo un idioma para poder usarlo. No vas a hablar sólo contigo mismo. La parte creativa de este asunto está en ser capaz de poner el idioma que estás aprendiendo en una disposición diaria más general y útil, ya sea escribiendo canciones, intentando hablar con gente o usándolo cuando vas al extranjero. Pero no hace falta que viajes, puedes ir al restaurante griego que está al final de la calle e intentar pedir la comida en ese idioma”, sugiere.

 

DIVIERTIRSE

Usa tu nuevo idioma creativamente. Los Super Polyglot Bros practicaban el griego escribiendo y grabando las canciones que les gustaban. Piensa en alguna manera divertida de practicar tu nuevo idioma: haz un programa de radio con un amigo, dibuja un cómic, escribe un poema o trata de hablar en el mismo con todo aquel que puedas.

Si no eres capaz de encontrar una manera divertida de practicar tu nuevo idioma, hay muchas posibilidades de que no estés siguiendo el consejo anterior.

 

ACTUAR COMO UN NIÑO

Con esto no quiero decir que tengas rabietas o que te llenes el pelo de comida cuando vayas a un restaurante, sino que intentes aprender como lo hacen los niños. Se está demostrando, que la hipótesis de que los niños son intrínsecamente mejores aprendiendo que los adultos, es sólo un mito.

Las nuevas investigaciones no son capaces de encontrar una relación directa entre la edad y la capacidad de aprender. Puede ser que la llave para ser capaces de aprender tan rápido como lo hacen los niños esté en tomar determinadas actitudes infantiles: La falta de conciencia de uno mismo y del sentido de estatus social, el deseo de jugar en la lengua y la disposición a cometer errores.

Aprendemos a base de equivocarnos. Cuando somos niños, se espera que cometamos errores pero cuando somos adultos, los errores se convierten en algún tipo de tabú. Es más probable que un adulto diga “no sé” antes que “no he aprendido eso todavía”. No sé nadar, no sé conducir, no sé hablar inglés...

“Que te vean equivocándote o, incluso, teniendo dificultades es un tabú social que no afecta a los niños. Cuando aprendes un idioma, admitir y aceptar que no lo sabes todo, es la llave para alcanzar crecimiento y libertad. Despréndete de tus barreras de adulto”.

 

ABANDONAR LOS MIEDOS Y PREJUICIOS

No tener miedo a cometer errores significa estar preparado para ponerte a ti mismo en situaciones potencialmente embarazosas. Esto puede dar un poco de miedo, pero es la única manera de desarrollarse y mejorar.

No importa cuanto estudies, nunca llegarás a hablar un idioma si no te pones a ti mismo en esa situación: háblales a extranjeros en su idioma, pregunta direcciones, pide la comida, intenta hacer chistes. Cuantas más veces lo hagas, mayor será tu zona de confort y mayor será la facilidad con la que te enfrentarás a nuevas situaciones.

“Al principio te vas a encontrar dificultades: tal vez sea la pronunciación, o la gramática, tal vez sea la sintaxis, o que no entiendas los dichos. Pero creo que lo más importante es tratar de desarrollar ese “sentido del idioma”. Cada hablante nativo tiene un sentido de su idioma, y eso es, básicamente, lo que te convierte en un “hablante nativo” si puedes hacer de ese idioma el tuyo”, afirma rotundamente.

 

ESCUCHAR

Tienes que aprender a caminar antes de aprender a correr. En el mismo sentido, tienes que aprender a escuchar antes de aprender a hablar. Cualquier idioma suena raro la primera vez que lo escuchas. Pero, cuanto más lo escuchas, más familiar se vuelve y más fácil te será el hablarlo.

“Somos capaces de pronunciarlo todo, sólo que no estamos acostumbrados a hacerlo. Por ejemplo, el sonido de “r” fuerte no existe en la variante de inglés que yo hablo, pero cuando estaba aprendiendo español había palabras con esa “r” fuerte, como “perro” o “reunión”. Para mí, la mejor manera de aprender a dominar ese sonido era oírlo constantemente. Escucharlo y luego, tratar de visualizar o imaginar cómo se supone que hay que pronunciarlo, ya que para cada sonido hay una parte específica de la boca o de la garganta que es preciso saber utilizar”, explica con particular énfasis.

 

MIRAR A OTROS HABLANDO

Idiomas distintos, también demandan hacer cosas distintas con tu lengua, labios y garganta. La pronunciación es tanto física como mental.

“Una manera, aunque puede sonar un poco extraño, es observar cuidadosamente a los demás mientras dicen palabras que usan ese sonido, y luego tratar de imitarlo tanto como sea posible. Créeme, puede ser difícil al principio, pero lo conseguirás. En realidad es algo fácil de hacer, sólo necesitas practicar”, explica.

“Si no puedes observar e imitar a hablantes nativos de forma presencial, el observarlos en películas extranjeras o televisión en versión original, puede ser un buen sustituto”, agrega.

 

HABLARSE A UNO MISMO

Si no tienes a nadie con quién hablar en el idioma que estás aprendiendo, no tiene nada malo en hablarte a ti mismo.

“A lo mejor parecerá que estás loco, pero, en realidad, hablar contigo mismo en un idioma es una buena manera de practicar si no tienes a nadie con quién hacerlo”, apunta.

Esto puede ayudarte a mantener nuevo vocabulario o nuevas frases bastante frescas en tu mente, de manera que te sentirás algo más confiado cuando tengas que usarlas con otra persona.

 

PERO SOBRE TODO: “¡RELAX!”

Nadie se va a molestar por que le hables en su idioma... ¡Aunque sea mal! Si empiezas cualquier interacción con un “Estoy aprendiendo el idioma y me gustaría practicar…”, la mayoría de la gente será paciente, te apoyará y te animará a seguir.

Incluso si hay aproximadamente mil millones de hablantes no nativos de inglés en el mundo, la mayoría de ellos preferirá hablar en su propio idioma si tienen la posibilidad. Tomar la iniciativa de introducirse en el mundo idiomático de alguien, facilitará el trato y los pondrá en una disposición más positiva.

Por ello, esta historia, contada en el sitio Web dedicado a la enseñanza de idiomas, Babbel, le puede servir como un estímulo gigantesco, a todos aquellos que han intentado, sin éxito, tratar de aprender otro idioma.

“Está claro que puedes viajar al extranjero hablando sólo tu idioma, pero le sacarás mucho más partido si puedes llegar a sentirte cómodo en el lugar que estés, siendo capaz de comunicarte, de entender y de relacionarte en cualquier situación que puedas imaginar”.

Entonces, ¿de qué va todo esto? Hemos estado hablando sobre CÓMO empezar a aprender un idioma, pero, ¿todavía no terminas de ver POR QUÉ aprenderlo?

“Yo creo que cada idioma representa una manera distinta de ver el mundo. Si puedes hablar un idioma, entonces tienes una manera diferente de analizar e interpretar el mundo a la de un hablante de otro idioma. Incluso si son dos idiomas bastante similares como el portugués y el español, que son hasta cierto punto inteligibles mutuamente, son al final dos mundos distintos, dos mentalidades distintas”, comenta.

Matthew tiene una última observación que hacer:

“Por lo tanto, habiendo aprendido otros idiomas y habiendo estado rodeado de muchos idiomas distintos, no podría elegir sólo uno. Eso significaría renunciar a la posibilidad de ser capaz de ver el mundo de una manera distinta. En realidad no sólo de una manera, sino de muchas maneras distintas. Así que, para mí, el modo de vida monolingüe es el más triste, solitario y aburrido de ver el mundo. Hay tantas ventajas en aprender idiomas que no puedo pensar ninguna razón para no hacerlo”.

Actualizado el 04 de enero de 2016
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