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Redaccion | Junio 11, 2015
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El misterio que siempre rodea al Club Bilderberg, un exclusivo contubernio que reúne año tras año a algunas de las más influyentes figuras del poder político, económico y militar de todo el planeta, para mantener una serie de discusiones cuyo contenido jamás se difunde, ha alimentado las tesis de quienes ven en este elitista corro al verdadero gobierno del mundo en la sombra.
Y se reúnen, según “The Times”, para planear eventos que posteriormente se ven cumplidos.
Hasta un punto tal, que se considera son “ellos”, y no el normal desarrollo de la historia, quienes quitan y ponen los gobiernos, relevan a los reyes de sus tronos y seleccionan a los líderes que luego ha de votar la gente en las urnas. ¿También en España?
Barack Obama asistió a la reunión del club en el verano de 2008, que se celebró en Virginia, Estados Unidos. Cinco meses después, salía electo como presidente de esa nación. Un ascenso igual de fulgurante tuvo en 1991 el poco conocido gobernador de Arkansas, Bill Clinton, luego de ser invitado en 1991 a la reunión del discreto grupo.
Ejemplos de carreras muy similares, abundan en organismos y entes de alto nivel y carácter internacional. Así, todos los secretarios generales de la OTAN han sido antes “bilderbergers”, como se le conoce a quienes acuden a sus encuentros, en espectaculares hoteles de gran lujo, especialmente escogidos por el club para que sus socios e invitados intercambien sus impresiones al más alto nivel.
“En varias de las últimas ediciones, ha sobresalido, muy especialmente, un político español: Bernardino León”, subrayaba Daniel Estulín, experto en el grupo y autor del libro “La historia definitiva del Club Bilderberg”, en una entrevista concedida hace ya un par de años.
El ex secretario general de la Presidencia del Gobierno, “ha sido invitado a cuatro ediciones seguidas desde 2006. Es inaudito que el comité ejecutivo de Bilderberg convoque tantas veces a alguien que no forma parte de él, pero David Rockefeller adora a León y le gustaría que fuese presidente de España”, asegura Estulín.
Pero, este año, sorprendentemente se ha colado en la lista de los 130 selectos invitados del Club Bilderberg, un político en entredicho, con un liderazgo a medio construir e, incluso, vilipendiado por muchos dentro de sus mismas filas, el actual secretario general del Partido Socialista Obrero Español, Pedro Sánchez.
En la lista, a la que han tenido acceso los medios de comunicación, Sánchez figura como uno de los tres invitados que representan a la delegación española, que completan la presidente del Banco Santander, Ana Botín y Juan Luis Cebrián, presidente del Grupo PRISA. Este último, “pieza fijo” de estas reuniones y encargado de proponer cada año los invitados españoles a las mismas.
El líder socialista se unirá así a la lista de políticos de su partido que han participado en la reunión anual de este prestigioso y elitista club, al que algunos sugieren como un auténtico “gobierno a la sombra”.
Según la experta en este club, la escritora Cristina Martín Jiménez, “el grupo quiere conocer al dirigente socialista personalmente, para saber si tiene capacidades como presidente del Gobierno de España”.
El líder del principal partido de la oposición será a partir de mañana, en consecuencia, el representante del mundo de la política de España en el foro, que se celebra anualmente en medio de fuertes medidas de seguridad con el objetivo de analizar asuntos de la agenda internacional, siempre con el compromiso de que, lo allí debatido, jamás deberá hacerse público.
En el pasado, el rey emérito, Juan Carlos I, según Martín Jiménez, “pasó un cásting” frente al club Bilderberg antes de ser elegido por Franco para sucederle, y su abdicación fue también habría sido dictada por el club. Se la pidieron a la reina Sofía en la reunión del 2012 y le exigieron que no esperara al otoño pasado, que eran los planes del Rey.
Martín Jiménez indica que existen “casualidades” temporales que hablan por sí solas. “Llama la atención que poco después de que Javier Solana asistiera a la reunión de 1985, fue nombrado secretario general de la OTAN. En 2012, a escasos días de que Soraya Sáenz de Santamaría fuera invitada a la cita de ese año, España solicitó el rescate financiero”, observa la investigadora, para quien la UE, el euro, la crisis y las políticas de austeridad son “creaciones puramente Bilderberg”.
El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, fue invitado en 2010, al igual que algunos exministros, como Joaquín Almunia. Se considera, de hecho, que Felipe González fue uno de los dirigentes que más agrado generó en este grupo.
La invitación de Sánchez no deja de resultar significativa, en la medida en que el Club Bilderberg apostó en su momento por su rival en las primarias, Eduardo Madina, como su candidato preferido para la secretaría general del PSOE.
La apuesta de este año resulta especialmente “crítica” con el gobierno de Mariano Rajoy, un hombre denostado por la casta de los bilderbergers, a pesar de haber besado el suelo por donde estos caminaban. Su fin político ya está decidido. Algo que se hizo evidente tras las elecciones del pasado 24 de mayo en España.
Entre los invitados, está también el ministro holandés de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem, que compite con el ministro de Economía, Luis de Guindos, voz y oídos de Rajoy en el club, por la presidencia del Eurogrupo, el foro informal de titulares de Economía y Finanzas de los 19 países de la eurozona.
Aunque la representación de cada país suele ser reducida, la de España en esta edición es más reducida de lo habitual. A la reunión de este año no acudirá ningún miembro del Gobierno, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría lo hizo en la pasada reunión, ni tampoco la reina Sofía, que hasta ahora había participado en casi todos estos encuentros.
En la lista se encuentran desde representantes del mundo empresarial, como el presidente de la aerolínea Ryanair, Michael O’Leary, hasta el general y exdirector de la CIA, David Petraeus, la princesa de los Países Bajos, antes reina Beatriz, o el ex primer ministro italiano Mario Monti. También acudirá el expresidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, quien se sugiere podría asumir próximamente un papel importante en este selecto club.
El Club Bilderberg, inició sus reuniones en 1954. Desde entonces, estos encuentros, secretos y rodeados de las máximas medidas de seguridad, han alimentado toda una serie de teorías. Quienes han investigado lo poco que trasciende de estas reuniones aseguran que se trata de un auténtico cónclave que decide el rumbo de la economía y la política de todo el mundo con el objetivo de crear un orden mundial en el que los Estados queden relegados por una institución supranacional.
De estas reuniones habrían salido, según los expertos, recesiones económicas, quiebras de países, guerras, cambios en las políticas internas de las naciones y hasta los dirigentes que, a la postre, terminarían asumiendo las jefaturas de nuestros países.
“Por todo ello, y basándome principalmente en lo sucedido históricamente con los líderes que han sido invitados a la Conferencia Bilderberg, podría llegar a afirmar, que el próximo presidente del Gobierno español, bien podría llamarse: Pedro Sánchez Pérez-Castejón”, comentaba, a puertas cerradas, un reconocido analista político español.
Pero, no siempre aciertan en sus apuestas. Según Martín Jiménez, el candidato elegido por el club para dirigir el partido socialista en las primarias del verano pasado era Eduardo Madina, no Pedro Sánchez. Pero no hay peligro: en su opinión, estamos en puertas de que se repita con Sánchez la misma historia que con Felipe González.
González y Luis Yánez viajaron a la ciudad de Washington en 1977 para, entre otras cosas, reunirse con Rockefeller y otras figuras destacadas del club. “A su regreso, González se presentó como alternativa fiable al poder”, apuntó Martín Jiménez, quien asegura que el líder socialista anunció a figuras destacadas del Club Bilderberg su propósito de asegurar la adhesión de España a la OTAN, mucho antes de anunciarlo al país, y el compromiso firme de desmantelar la industria siderúrgica española como pago por el apoyo dado por el club a la entonces joven democracia española.
“La inteligencia de este club se mide tanto en su capacidad para elegir a los líderes como en su habilidad para atraer a los demás. Lo único que no varía es el objetivo: tener bien atado el poder y caminar hacia la instauración de un gobierno único en el mundo. Y en esa hoja de ruta, España, es una simple provincia del imperio Bilderberg”, concluye la sagaz investigadora.
La gente debería estar mejor informada de todo esto y pensar que más allá de nuestro alcalde, intendente, gobernador o presidente, o de las pocas leyes que nos afectan de forma directa, existen poderes fácticos que rigen nuestros destinos.
No sólo hay que estar informado para ir y votar a quien nos “represente” cada 4 años, también hay que saber hacer preguntas y buscar más opciones que aquellas que se nos presentan a dedo, sin conocer muy bien quien tomó la decisión de designarlas.
Y recordar que no sólo es el presidente quien nos gobierna. Corporaciones, empresas, gobiernos de otros países, lobbies y, hasta aquellos que tienen el control de los medios de información o la educación, influyen en el devenir de las naciones. Y, curiosamente, no son elegidos democráticamente, ni representan a un pueblo que, lamentablemente, siempre acaba pagando sus decisiones.
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