Redaccion | Julio 18, 2016
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Según el muy acreditado especialista en contraterrorismo, Sebastian Gorka, el Estado Islámico jamás ha ocultado sus clarísimas intenciones de acelerar la llegada del “Fin del Mundo”.
Gorka, además de ser el autor del libro “Defeating Jihad: The Winnable War”, un texto obligado para aquellos que se interesan en el tema del terrorismo islámico, es profesor de Teoría Militar en la Marine Corps University de los Estados Unidos y asesora en materia de terrorismo y seguridad nacional a un buen número de gobiernos y entes internacionales, incluyendo la CIA.
Siguiendo la tradición marcada por el Islam, asegura el especialista, el grupo terrorista persigue el objetivo último de provocar la “yihad final”. Un hecho que demuestra que su apocalíptico plan ya estaba claramente determinado desde sus inicios, tal y como lo demuestra el nombre real del mismo.
Durante una conferencia en la que se discutían las dificultades de la iglesia perseguida, Gorka recordaba que el nombre, “Estado Islámico”, es tan sólo la denominación occidental con la que se ha identificado a dicho grupo en los últimos tiempos.
En un principio, la agrupación adoptó el nombre de ISIL, debido a que sus acciones estaban concentradas en Irak y el Levante, una región de costa que abarca desde Egipto hasta Turquía. Y, más tarde, pasó a llamarse ISIS, con el fin de incluir también a Siria.
De acuerdo al diario Christian Post, el experto aseguró que, para el servicio de inteligencia del gobierno de los Estados Unidos, el verdadero nombre de la organización terrorista significaría mucho más de aquello que podemos imaginar en Occidente.
Antes de pretender convertirse en todo un califato mundial, en 2014, su nombre fue siempre DAESH. Un acrónimo árabe que hace referencia al “Estado Islámico de Irak y al-Sham”.
Nombre que, para un musulmán, encierra un significado bastante importante. Ya que, explica el experto, es un área que delimita una zona con un valor teológico “muy profundo” dentro de la escatología islámica.
“Al igual que todas las religiones, también el Islam cuenta con una perspectiva propia para el fin de los tiempos. Como en la escatología cristiana, habrá un período final de tribulación y un día del juicio, además de una serie de grandes batallas entre los fieles y los infieles”, explica Gorka, y agrega: “Antes de ser resucitados y juzgados por Alá en el juicio final, se producirán una serie de ofensivas en al-Sham. La jihad fundamental, la última jihad, ocurrirá en ese territorio”.
Para el profesor, esto explica en gran medida la forma en que el grupo ha sido tan eficaz a la hora de reclutar extranjeros para combatir en Irak y Siria, así como de provocar el despertar de simpatizantes en casi todo el mundo, dispuestos a perpetrar ataques terroristas en los propios lugares donde viven.
“Es crucial comprender cuán poderoso puede ser este mensaje, porque cuando el ISIS utiliza Internet, Twitter, Facebook o Telegram, y dice: Somos el Estado Islámico de Al-Sham, ¿cuál es el mensaje que está enviando? ¿Quiere ser un yihadista? ¿Ha pensado en su salvación? Fíjese, ¡estamos en la yihad final! Si no se incorpora ahora, ¡se va a perder la salvación garantizada!”, apunta Gorka.
De acuerdo a una serie de estadísticas no confirmadas, más de 86.000 personas se unieron a los grupos extremistas en Irak y Siria en los últimos cinco años. De éstos, 36.000 procedían de otros países islámicos y unos 6.000 de Occidente. El Estado Islámico “quiere el Fin del Mundo, no propaga una religión”, asegura.
Un grupo de eruditos islámicos ha dicho que el “éxito” de la agrupación terrorista, liderada por Abu Bakr al-Baghdadi, es por qué los musulmanes creen que se están cumpliendo las profecías antiguas. Ésta, sería la razón por la que el EI ha conquistado la ciudad siria de Dabiq, situada muy cerca de la actual capital del califato, Alepo.
En muchos de sus discursos, al-Baghdadi intenta convencer a sus fieles seguidores de que el Apocalipsis ha comenzado y ellos son los guerreros de Alá.
William McCants, del Centro Brookings para la Política de Oriente Medio, comentaba en su momento que dichas predicciones apocalípticas no vienen del Corán, sino de una literatura religiosa conocida como el Hadith, colección de enseñanzas atribuidas al profeta Mahoma por sus seguidores, cien años después de su muerte.
El retorno de la decapitación como castigo para los enemigos y la apertura de un califato son sólo algunos de los muchos eventos del Hadith que marcan el comienzo del Fin del Mundo. La idea es que el Islam se vea reforzado para reanudar el tipo de práctica que se realizaba en la época de su fundación por Mahoma.
Además se enseña que durante el Apocalipsis se dará a conocer, tras la guerra en Damasco, al ad-Dajjal, la forma en que el Islam llama a su “Anticristo” particular.
Las profecías dicen que este ad-Dajjal aparecerá en un momento en que la homosexualidad y la inmoralidad gobiernen el mundo. Él, dividirá a los musulmanes y causará una gran guerra, para finalmente ser derrotado tras la aparición de una figura mesiánica llamada “Mahdi”.
Este poderoso guerrero se levantará en Arabia Saudita, en la ciudad santa de La Meca, donde reunirá a su ejército. Y, a continuación, recibirá el apoyo de Jesucristo, que según el Hadith, aparecerá “en algún momento durante el final de los días”.
Los musulmanes que estarán al lado del Madhi vencerán en una “gran batalla” contra los que fueron engañados por ad-Dajjal, que gobernará el mundo hasta el gran día del juicio, que se espera ocurra tras la “batalla final”, que tendrá lugar en Dabiq.
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