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NOTICIAS | CONSPIRACION
El Sam Chang de ahora ya no es un experto en genética, sino de los hoteles y la inversión inmobiliaria
El Sam Chang de ahora ya no es un experto en genética, sino de los hoteles y la inversión inmobiliaria

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El día 8 de enero de 2007, la web “The Canadian”, publicaba una noticia que iba a dejar al mundo estupefacto.

Un grupo de científicos del Proyecto Genoma Humano (PGH), liderados por un tal Sam Chang, descubrían que el ADN no codificante del ser humano, guardaba un secreto extraordinario.

Tras un extenso análisis llevado a cabo con la ayuda de otros científicos, de programadores informáticos y otras clases de eruditos, el Profesor Chang se preguntaba si el “ADN basura” de los humanos no habría sido creado por algún tipo de “programador” ajeno a nuestra especie.

La respuesta a la que llegó, se iba a convertir en el punto de partida de una historia tan sorprendente como el propio hallazgo.

Los investigadores concluyeron que, dichos “programadores”, podían haber hecho uso de un “gran código” base a fin de llevar a cabo su inmensa labor de codificación genética y que “sólo” utilizaban una parte del mismo en cada una de sus creaciones, desactivando o simplemente borrando las partes del mismo que no iban a ser necesarias en cada caso.

Aparentemente, el equipo de Chang habría hallado que unas “secuencias no codificadas” dentro del ADN de los humanos, contiene su propio sistema inmunitario que, sorprendentemente, resistía de manera vigorosa al embate de  todos los fármacos a los que había sido sometido.

El profesor Chang, a la sazón jefe de los investigadores, indicó que tales secuencias son comunes en todos los organismos vivos en la Tierra, desde las células de los peces, pasando por los insectos, hasta llegar al ADN de los humanos, del cual constituyen una gran parte.

¿Para que se dejaron esas secuencias ocultas en nuestros genes?

Las secuencias no codificadas, conocidas como “ADN basura”, fueron descubiertas y su función sigue siendo un misterio. Aunque el equipo de Chang pensaba que la inmensa mayoría del ADN humano proviene de fuera de nuestro planeta

“Nuestra hipótesis es que, una forma de vida extraterrestre superior, se ocupó de la creación de nuevas formas de vida en múltiples planetas. La Tierra es sólo uno de ellos. Tal vez, nuestros creadores nos fueron creando como nosotros creamos a las bacterias en los laboratorios”, afirmaba Chang en la noticia.

“Puede que hayan recibido la orden de borrar todos sus planes idealistas para el futuro, cuando se concentraron en el “proyecto Tierra”, a fin de concluirlo en un momento más conveniente. Probablemente estos programadores extraterrestres redujeron drásticamente ese gran código, o entregaron sólo las características básicas previstas para la Tierra”, habría dicho el profesor Chang.

Así, Samuel Chang se habría convertido en un férreo defensor del origen extraterrestre de la humanidad. Demostrando junto a su equipo, además, que las diferencias aparentes en la secuencia del ADN humano, supuestamente dejados allí por error tras una precipitada carrera por crear nuestra especie, nos habría dejado un triste legado: El crecimiento descontrolado de nuestras células, que actualmente conocemos como cáncer.

De igual forma que habría puntualizado que: “Tarde o temprano tendremos que hacernos a la idea de que toda la vida existente en la Tierra lleva impresa códigos genéticos de nuestros “primos extraterrestres” y que la evolución no sucedió de la manera que pensamos”.

Y decimos “habría” porque a partir de ese momento, misteriosamente, su historia se diluye en todos los medios de comunicación y su existencia, a no ser por páginas como esta, queda prácticamente execrada de Internet.

A día de hoy, no existe ninguna fuente independiente que confirme lo escrito en la web “The Canadian” y, para rematar la faena, el texto provenía de otra pagina web, gewo.cz, donde fue publicado en el año 2003, con el titular: “Los nuevos resultados sobre el ADN basura pueden contener algunas sorpresas”.

El redactor de la web canadiense que la hizo famosa, al parecer, sólo se había limitado a copiar un fragmento del original.

El texto completo cuenta, básicamente, como Chang habría contratado a un especialista, de nombre Adnan Mussaelian, que habría descifrado el ADN no codificante y descubrió que, los supuestos programadores del mismo, nos habían legado un ADN básico que codifica proteínas y uno no codificante, que contiene errores de programación, y que son en gran parte los causantes de serias enfermedades en los humanos.

La duda no tardaría en surgir. ¿Cómo un hombre, que dirigió el Proyecto Genoma Humano en su fase inicial, pudo ser borrado del mapa? ¡Por completo! De hecho, tras una pequeña búsqueda pudimos comprobar que actualmente no existe ninguna referencia sobre ese Sam Chang, en particular, en ninguna página de Internet.

Oficialmente, el primer director del PGH fue James Dewey Watson, quien posteriormente seria remplazado por Francis Collins. Se pueden encontrar más de seis mil referencias de científicos involucrados en proyectos del genoma humano que se apellidan como él, pero ninguna sobre su persona.

Incluso de su mujer y su hija, que también participaron en diversos proyectos de investigación genética, enfocados en la lucha contra el cáncer. De hecho, esta última aparece en las dos páginas finales de un polémico informe de 456 páginas de las que han desaparecido misteriosamente, en todas las bases científicas existentes, el resto de ellas.

Años más tarde, de la nada, hace su aparición en Internet un misterioso Dr. Sam Chang que, paulatinamente, va sustituyendo con sus informaciones las entradas existentes sobre el científico. El de ahora, ya no es un experto en genética, sino de los hoteles y la inversión inmobiliaria.

Sin darnos cuenta, hemos asistido a la retirada en masa de miles de documentos en la red, a la censura de Wikipedia y la inserción de cientos de fotografías e imágenes a cambio de otras.

Pero, un misterio sin resolver siempre tiene alguien que quiera develarlo. Y, éste, no sería la excepción. Pronto, un nutrido grupo de investigadores del misterio se daban a la tarea de tratar de revelar la verdad de lo que había sucedido con Sam Chang.

¿Se trataría acaso del mismo hombre? ¿Habría pasado de ser el director del Proyecto Genoma Humano a ser todo un magnate de la construcción y los hoteles?

Un experto en fotografía superpuso una de las pocas imágenes existentes del antiguo Sam Chang, con una de las imágenes del rico inversor que aparecen en Google en la actualidad. Su conclusión no deja lugar a dudas: “El paso de los años deja huella, y la operación de miopía del actual Sam Chang también… Pero, sin temor a equivocarme, me atrevería a deciros que son una misma persona”.

De ser cierto, ¿estamos en presencia de un auténtico Expediente X?

La respuesta, sin embargo, esta aún por descubrirse. Sabemos que estamos tocando el lado oscuro de la ciencia y que sin dudas hemos tocado el corazón de la censura. Pero, viendo la opulencia y el nivel de inversiones del Chang de nuestros días, cabe preguntarse si este hombre fue comprado. ¿Cambio la valiosa información que tenía por un puñado de dólares? O, más bien, ¿fue amenazado y tuvo que hacerlo a cambio de su vida?

Juzguen ustedes…

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