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“Las personas elegantes son las que saben estar, que les sale el estilo del interior”, explica Patricia Ramírez
“Las personas elegantes son las que saben estar, que les sale el estilo del interior”, explica Patricia Ramírez

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“Para mí, las personas “socialmente” elegantes no son aquellas que van vestidas con gran estilo, o esas que llevan ropa cara que les cae como un guante. Ni las que poseen tan buen tipito, que cualquier trapito les sienta como si fuera de Dior...”, comenta la célebre psicóloga del deporte y gran conferenciante, Patricia Ramírez.

“Tampoco lo son aquellas que usan complementos con iniciales, ni firmas caras, o uno de esos grandes bolsos o cinturones, que todos sueñan con imitar”, agrega.

“Las personas elegantes son las que saben estar, que les sale el estilo del interior, son incapaces de decir algo que esté fuera de lugar, ni de criticar, quedan bien contigo por convicción y no por mera hipocresía. La persona elegante es educada en el trato, que no finolis, ni cursi”, explica.

Así, la persona socialmente elegante se caracteriza por:

SER DISCRETA

No habla de aquello que desconoce, ni habla de intimidades, ni siquiera de las suyas. Huyen de la rumorología y son personas de fiar. Si eres de esos que transmiten chismes, hazte una simple pregunta: ¿A la persona de la que estoy hablando le gustaría que otros supieran su información?

NO NECESITA HABLAR ALTO PARA QUE SE LE OIGA

Están totalmente convencidas de que para comunicarse, incluso discutir, no hay que subir el tono. El volumen no te da la razón. Al contrario, pone a los demás a la defensiva. Y, es que nadie quiere hablar con un gritón.

NO HACE COMENTARIOS HIRIENTES

Saben hacer crítica constructiva, clara, honesta y sincera. No buscan la ironía ni los dobles mensajes para decirte lo que no les gusta.

SU COMUNICACIÓN NO VERBAL ES PAUSADA

 

No te acusan con el dedo, ni te miran con desprecio. Tampoco ponen ese tipo de caretos, que tienes que descifrar si están enfadados o si tienen algún tipo de problema.

 

SE INTERESAN POR TU BIENESTAR Y TE PREGUNTAN CÓMO TE VA

 

Las personas elegantes son agradables, se muestran interesados en lo que ocurre en tu vida, en cómo te sientes y en saber tus necesidades.

 

TE ATIENDEN Y SE RELACIONAN CONTIGO CON EDUCACIÓN

 

Independientemente de su posición social, estatus o jerarquía. Son personas humildes que respetan a todos los demás. No se sienten merecedores de la atención por encima de los otros. Son educados con sus jefes y con sus subordinados. Incluso, cuando conducen. Ser respetuoso y educado forma parte de su filosofía de vida.

 

DICEN BUENOS DÍAS Y ADIÓS CUANDO ENTRAN Y SALEN

 

Incluso cuando no conozcan a nadie. No se sabe en qué momento se perdió la costumbre de entrar en un banco, tienda, autobús o cualquier otro lugar y decir, simplemente, buenos días. Con una sonrisa. La gente ahora entra en un comercio, mira al suelo y si puede evitar el contacto de todo tipo mejor.

 

SONRÍEN

 

Sonreír es una muestra de afecto e interés por el otro. Transmite el deseo de agradar a los demás. Y abre los canales de comunicación. Las personas que sonríen de forma sincera, nos caen bien.

 

NO ESTÁ ESPERANDO QUE TROPIECES PARA REGODEARSE

 

Si tiene amistad con usted, le tenderá la mano y le ayudará. Si no, será más bien indiferente, pero jamás se regodeará de su fracaso. ¿Por qué? Porque sabe estar.

 

SABE ESCUCHAR

 

No se comporta como si fuera la única persona con un mensaje interesante que transmitir. Te escucha, te mira, te acompaña y conversa, no monopoliza la conversación.

 

Las personas socialmente elegantes tienen un trato fácil. Se las ve venir. No tienen un pensamiento retorcido ni malicioso. Viven y dejan vivir, y en el camino, intentan llevarse bien con la gente. Es más fácil ser elegante que no serlo.

“Relacionarte con personas elegantes es todo un lujo. Sabes que no te van a fallar, que no te faltarán el respeto, que se interesarán por ti, que se preocuparán porque estés a gusto. Si tienes un grupo de amigos o familiares elegantes, puedes estar relajado y tranquilo, y no en tensión, como algunos que no sabes por dónde van a salir, ni qué indiscreción puede hacerte sentir vergüenza ajena”, concluye la experta.

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