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La dieta mediterránea reduce el riesgo de diabetes sin restricción calórica o incremento del ejercicio físico
La dieta mediterránea reduce el riesgo de diabetes sin restricción calórica o incremento del ejercicio físico

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Con alimentos básicos como son el aceite de oliva, las nueces y las verduras, la dieta mediterránea ha sido considerada como un elemento clave para poder tener una mejor salud y contribuir a lograr una mayor longevidad.

Innumerables estudios han asociado este tipo de alimentación a un menor riesgo de ataques cardíacos y de accidentes cerebrovasculares.

Incluso, algunos han sugerido que esta dieta puede disminuir o prevenir la pérdida de memoria en edades avanzadas.

Los investigadores especulan que, muy probablemente, sus beneficios protectores se deban a los efectos combinados de nutrientes saludables y grasas insaturadas contenidos en la misma.

Ahora, un nuevo estudio nos muestra como la dieta mediterránea puede ser suficiente, por si misma, para reducir el riesgo de diabetes, sin la necesidad de bajar de peso o de hacer ejercicio físico.

La investigación, publicada en la revista “Annals of Internal Medicine”, incluyó un estudio realizado a más de 3.500 adultos, de la tercera edad, con  alto riesgo de enfermedades del corazón, y que aún no habían desarrollado diabetes.

Los participantes se dividieron en tres grupos. El primero, ingirió una dieta de tipo mediterránea alta en frutas, verduras, granos integrales y pescado y baja en carnes rojas o procesadas, mantequilla y dulces. Se suplementó con el consumo de aceite de oliva virgen extra.

Al segundo grupo, se le proporcionó igualmente una dieta mediterránea, pero suplementada con frutos secos. Y, al último grupo, el de control, se les indicó la reducción de grasas en la dieta de todas las fuentes

Los dietistas proporcionaron sesiones periódicas de capacitación para ayudar a los pacientes a cumplir con sus dietas y los individuos en los tres grupos no estaban obligados a restringir la ingesta de calorías o aumentar sus niveles de actividad física.

Después de cuatro años, los investigadores encontraron que los individuos que más desarrollaron diabetes fueron aquellos que se ubicaron en el grupo control. De todos los participantes, 273 desarrollaron la enfermedad. 101 de ellos, del grupo control. Entre los grupos que consumieron una dieta de tipo mediterráneo, 80 participantes en el grupo que utilizó el aceite de oliva desarrollaron diabetes, frente a 92 del grupo que no lo hizo. Curiosamente, no hubo diferencias en la pérdida de peso entre los grupos; de hecho, los cambios en el peso corporal y la cantidad de actividad física fueron menores en general.

Pero, ¿qué es tan beneficioso en la dieta mediterránea? Las verduras, las semillas y el pescado contienen muchos minerales y fitoquímicos, que los científicos creen pueden combatir la inflamación y la resistencia a la insulina, o la incapacidad gradual del cuerpo para descomponer los azúcares con la insulina, que puede ser un precursor decisivo en el desarrollo de la diabetes tipo 2.

Los hallazgos son prometedores porque implican que estos factores por sí solos, y no la pérdida de peso, que es otro factor contribuyente a la resistencia a la insulina, pueden evitar la diabetes. Además, dicen los investigadores, los participantes consideraron que la dieta mediterránea es más fácil de seguir que el plan de bajo contenido graso.

No es una garantía para librarse de la diabetes, pero sí se insinúa, que este tipo de dieta puede desempeñar un papel importante ante el riesgo de las personas a desarrollar la enfermedad.

“Este patrón de dieta es aceptable y tiene un alto potencial para la sostenibilidad a largo plazo, con implicaciones para la salud pública obvias para la prevención primaria de la diabetes”, concluyen los autores.

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