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Lamentablemente, Ison no soportó su paso por el sol, aunque parte de su colosal cola sí logro sobrevivir al encuentro
Lamentablemente, Ison no soportó su paso por el sol, aunque parte de su colosal cola sí logro sobrevivir al encuentro

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Parte de la cola del cometa Ison ha sobrevivido a su paso junto al Sol, este jueves, pero no así su núcleo, que se habría desintegrado según informó la Agencia Espacial Europea en su cuenta oficial de Twitter.

La comunidad científica ha estado muy pendiente de lo que ocurría con esta roca, a la que muchos ya han bautizado como “el cometa del siglo” y, en las próximas horas, podrán concluir si sus restos seguirán brillando o no y si se podrán ver desde la Tierra.

Un equipo de astrónomos observó con el telescopio espacial Spitzer de la NASA, lo que probablemente serían fuertes emisiones de dióxido de carbono desde el interior del cometa Ison, formando la enorme cola que facilitó su descubrimiento.

El cometa Ison ya se había estudiado con otros medios (Hubble, Swift y Deep Impact) y sus resultados marcaron los límites superiores para la emisión de gases del cometa. Con una serie de nuevos datos tomados el 13 de junio con la Infrared Array Camera (IRAC) del Spitzer, se dedujo que el dióxido de carbono en el mismo, burbujeaba lentamente pero a un ritmo constante.

Los vapores que se desprendían dotaban a Ison de una cola que media unos 300.000 Km de largo. Ese día el cometa estaba situado a 502 millones de Km del Sol.

Los astrónomos esperaban que Ison pudiera continuar su viaje, tras este encuentro con la estrella, y poder estudiar de cerca su composición, ya que iba a pasar a unos 64 kilómetros del planeta.

Hubiera sido una buena oportunidad para observar este cuerpo, cuyo origen está en el borde del Sistema Solar, por lo que conservaba los hielos primordiales de su formación hace miles de millones de años.

Concretamente, se cree que el cometa Ison provenía directamente de la nube de Oort, donde abundan los cuerpos helados. Por alguna razón, este cometa fue expulsado desde la nube hacia el corazón del sistema solar, debido a la intensa atracción gravitacional del que provaca la estrella.

Ison ha sido visible desde el planeta durante el último mes, a veces con binoculares ordinarios y ocasionalmente a simple vista, por lo que los científicos han podido ir recogiendo datos desde entonces. La agencia espacial estadounidense ya ha declarado a Ison como el cometa más observado de la historia.

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