NOTICIAS | SALUD
El autismo es parte de un espectro de trastornos con síntomas conductuales que pueden variar de leves a severos
El autismo es parte de un espectro de trastornos con síntomas conductuales que pueden variar de leves a severos

Oferta Especial

Expertos, reunidos en el VII congreso internacional de Medicina Ambiental, alertan del incremento en el número de casos de trastorno del espectro autista.

En la actualidad uno de cada 45 menores padece un trastorno relacionado con el autismo. En 1980 era uno de cada cinco mil. Las causas, dicen, hay que buscarlas en todo lo que apareció en nuestras vidas desde ese momento.

Hace 30 años el autismo afectaba a uno de cada 5.000 niños, ahora padece este trastorno uno de cada 45. “Es una epidemia creciente y explosiva”, dice Pilar Muñoz Calero que es pediatra, epidemióloga y experta en salud ambiental, “a la que las autoridades no están prestando atención”.

En Estados Unidos, un sondeo gubernamental realizado a padres de familia indicó que uno de cada 50 niños, en edad escolar, padece autismo. Superando un estudio federal anterior sobre el trastorno.

Según funcionarios de salud, las estadísticas no necesariamente deben indicar una mayor incidencia de autismo, pero sí que los médicos han diagnosticado el autismo con mayor frecuencia, especialmente en los niños con problemas menores.

El cálculo gubernamental anterior, procede de un estudio que muchos consideran más riguroso al llevado a cabo este año. En el anterior estudio, se examinaron los antecedentes médicos y escolares, en lugar de recurrir a los padres.

Durante décadas, el autismo significó que los niños padecían severos impedimentos lingüísticos, sociales e intelectuales y un tipo de conducta inusualmente repetitiva. Empero, esa definición se ha visto ampliada gradualmente y actualmente incluye otras condiciones menos evidentes.

El nuevo cálculo, difundido por los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades, significa que por lo menos un millón de niños tienen autismo. La cifra es importante, ya que de ella dependen las asignaciones de dineros públicos para cada enfermedad o trastorno.

¿Las causas?, según la doctora Muñoz Calero, “hay que buscarlas en los cambios producidos en nuestra vida desde 1980: La telefonía móvil, la irrupción de nuevos plásticos, pesticidas, la química alimentaria, los tratamientos de fecundación in vitro...”

Un dato llamativo, resalta Muñoz Calero: “el 70% de las madres de niños autistas llevan empastes con mercurio”. Su uso está prohibido desde el año 2008 en Suecia, Noruega y Dinamarca. En Europa todavía se está comenzando a estudiar esa posibilidad.

La doctora Muñoz Calero habla de “una epidemia creciente y explosiva, un problema espeluznante del que las autoridades sanitarias no parecen tener conciencia, pero sí cada vez más las autoridades educativas. Está afectando a un gran número de niños y hay que hacer algo”.

En 1944 la tasa de niños con algún trastorno del espectro autista era de uno cada 10.000. Desde 1980, recuerda Muñoz Calero, “se ha incrementado en progresión geométrica. Tenemos que analizar todo lo que ha ocurrido desde ese año. Esos cambios son los primeros candidatos para sospechar de ellos.

Sabemos, matiza la doctora, “que detrás de este incremento en el número de afectados no está la genética. La mayoría de los niños con autismo padece también una clara afectación intestinal, lo que indica que las causas son externas. Esta inflamación junto con la del cerebro nos dice que su sistema inmunológico está peleando contra algo que viene de fuera”.

“Tenemos la obligación, como científicos, como médicos y como padres”, insiste la doctora, “de buscar e investigar las causas que están provocando esta epidemia de autismo. Todo lo que haya surgido desdelos años 80 es candidato a ser investigado con mucha seriedad.

Cómo están afectando las antenas de telefonía móvil. La contaminación mercurial. Hoy sabemos que el 70% de las madres con niños autistas llevaban amalgamas dentales con mercurio. También habría que estudiar el exceso de vacunas y antibióticos. Hemos pasado de poner a nuestros niños cuatro vacunas en toda su vida, a 31 en los primeros 18 meses, no sabemos cómo sus cuerpos están tolerando tantos antígenos.

La irrupción de nuevos plásticos, la química alimentaria, todos los asuntos relacionados con la concepción y el embarazo: técnicas de fertilización, el 20% de los niños con autismo fue concebido tras un proceso de fertilización, ecografías, anestesia epidural y un exceso de cesáreas, el 60% de los niños con algún trastorno del desarrollo nació por cesárea”.

Recuerda Pila Muñoz Calero que: “No estamos hablando de un sólo factor. Hay que sumar parte de las variables de las que hemos hablado. La afectación es multifactorial”.

Este es uno de los temas que se está abordando desde el viernes y hasta el domingo en Madrid, en el VII congreso internacional de Medicina Ambiental promovido por la Fundación Alborada.

This Is A Developing Story
ESPECIALES