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Según los investigadores del CfA, el Kepler-78b es un planeta que no debería existir
Según los investigadores del CfA, “el Kepler-78b es un planeta que no debería existir”

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Bautizado como Kepler-78b y, según los astrónomos, el planeta extrasolar más parecido al nuestro de los encontrados hasta ahora. ¡Y ya van más de mil!

Es un astro, cuyo estudio es una tarea fascinante para los astrónomos ya que, además de ser el primer planeta hallado en tener un tamaño y densidad similares a la Tierra, es todo un misterio para los científicos. El enigma, radica en su propia existencia. ¿Cómo pudo este planeta formarse tan cerca de su estrella anfitriona?

En cuanto a su composición, es un planeta rocoso y tiene hierro en su interior, al igual que la Tierra, como detallan dos estudios publicados esta semana en la revista “Nature”.

Sin embargo, no pueden decir que sea un gemelo ya que también hay notables diferencias. Por ejemplo, tarda mucho menos en orbitar su estrella que la Tierra el Sol. Apenas ocho horas y media, frente a los 365 días que emplea la Tierra.

Por la gran proximidad a su estrella, los científicos están convencidos de que no puede albergar ningún tipo de vida, pues creen que se trata de un mundo extremadamente cálido en el que las temperaturas podrían rondar entre los 3.000 y los 5.000ºC.

“La altísima temperatura superficial descarta por completo la presencia de agua”, explica Emilio Molinari, director del Telescopio Nazionale Galileo en el Observatorio del Roque de los Muchachos, en La Palma, y coautor de uno de los artículos.

“Éste es sin duda el exoplaneta con características físicas más parecidas a nuestro planeta, de entre todos los descubiertos a la fecha de hoy”, asegura Molinari. Con un espejo primario de 3,58 metros de diámetro, el TNG, observa el espectro visible y el infrarrojo.

Kepler-78b es también el exoplaneta más pequeño del que se han podido conocer de manera bastante precisa su masa y su radio. Ha sido posible gracias a un espectrógrafo de alta resolución diseñado específicamente para la búsqueda y el estudio de planetas extrasolares. Se trata de HARPS-N (High Accuracy Radial Velocity Planet Searcher - North), con el que los científicos esperan estudiar y confirmar qué candidatos observados previamente por el telescopio Kepler de la NASA pueden pasar a considerarse oficialmente exoplanetas.

Una de las coautoras de este estudio es la española Mercedes López-Morales, que investiga en el Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, en EEUU. “Lo que hace que consideremos a Kepler-78b un planeta especial es que es hasta ahora el más parecido a la Tierra que hemos descubierto en término de peso y tamaño. Es solo 1,7 veces más pesado que la Tierra y gracias a los datos del espectrógrafo HARPS-N y [el telescopio espacial] Kepler hemos podido determinar que es un planeta rocoso, con una densidad casi igual a la de la Tierra”, afirma a través de un correo electrónico.

Su estrella, denominada Kepler-78, es muy parecida a nuestro Sol: “Sólo es un 30% más pequeña, pero es del mismo color y temperatura superficial. Hasta el día de hoy, se ha detectado un único planeta a su alrededor, nombrado Kepler-78b”, detalla Molinari.

“El calor en la superficie del planeta Kepler-78b haría que las rocas estuvieran en forma de lava. Su cercanía a su propia estrella implica también que su órbita debe ser inestable, y que en poco tiempo será arrastrado hacia su sol. Ha sido una gran suerte haberlo localizado antes de que se estrellara”, añade el astrofísico italiano, que desde hace cinco años investiga en La Palma. Así pues, este planeta está destinado a desaparecer, aunque esto podría ocurrir dentro de 3.000 millones de años.

Emilio Molinari cree que es posible que nuestro Sistema Solar albergara alguna vez un planeta de estas características, que habría sido destruido en una etapa inicial de formación, sin que hubiera quedado rastro alguno en la actualidad.

El hecho de que tarde tan poco en dar una vuelta a su estrella ofrece a los científicos numerosas oportunidades para observar su comportamiento, ya que en una semana da unas 20 vueltas.

“A pesar de la desconfianza inicial sobre la posibilidad de detectar de verdad las huellas de exoplanetas, hemos demostrado que con una cantidad suficientemente grande de observaciones no sólo es posible sino que las tecnología de que disponemos es adecuada”, afirma Molinari. Según detalla, para detectar la señal de Kepler-78b se realizaron 109 observaciones diferentes durante un total de 55 horas distribuidas entre mayo y agosto del 2013.

Por su parte, Mercedes López-Morales afirma “que el estudio de planetas extrasolares es uno de esos campos de investigación que más atrae al público y que despierta más pasiones” en la comunidad científica. Según sostiene, la búsqueda de planetas extrasolares ha logrado reunir a muchas de las mentes más brillantes en investigación, que están centradas en encontrar un gemelo de la Tierra. “Vamos, que es como el fútbol, el tenis, o la Fórmula 1 de los científicos”, bromea. “Con tal equipo no es de extrañar que el descubrimiento de nuevos planetas haya progresado tanto en sólo dos décadas”.

Emilio Molinari se muestra convencido de que en los próximos años serán capaces de detectar un planeta gemelo a la Tierra: “Para ello estamos dedicando tantos esfuerzos, ¡con muchos científicos e instrumentos delicados!”, afirma. “Kepler-78b nos indica que planetas tan pequeños como la Tierra están casi al alcance de nuestros telescopios, y en la próxima década, seguro que con nuevos instrumentos y mucha paciencia, encontraremos una planeta gemelo o, por lo menos, con masa, densidad, temperatura y atmósfera similar a nuestra Tierra”.

Mercedes López-Morales, que antes de comenzar a investigar exoplanetas, allá por el año 2007, diseñaba y construía telescopios robóticos y estudiaba física de estrellas más pequeñas que el Sol, donde se espera encontrar los primeros planetas habitables, se muestra aún más optimista que su colega italiano sobre cuándo encontrarán un auténtico gemelo de la Tierra: “Estamos ya muy cerca. Aún no podemos confirmarlos porque necesitamos más datos, pero ya hay una lista de varios candidatos a planetas como Kepler-78b que se encuentran lo suficientemente alejados de sus estrellas para albergar algún tipo de vida. Al paso que vamos, probablemente podremos anunciar el primero de esos planetas en un par de años”, vaticina.

Según Molinari, “muchos países están financiando ahora nuevos espectrógrafos para los grandes telescopios y satélites para observar la composición de las atmósferas de estos planetas. Encontrar un planeta (o bien muchos) que puedan ser habitables será la próxima revolución copernicana y cultural”.

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